
Con el confinamiento del año pasado, quedó más que clara la importancia que tiene en nuestros días el contar con una conexión a Internet potente tanto en nuestros domicilios como en nuestros lugares de trabajo y otros espacios.
En una época en la que quedarse en casa el mayor tiempo posible es vital para poder reducir los contagios, Internet se ha convertido en un elemento imprescindible, no solamente en lo que al entretenimiento se refiere, sino también para seguir con ciertas labores como los estudios o el trabajo. Por este motivo, surgen más dudas que nunca con respecto a las diferencias que existen al contratar una fibra óptica o el ADSL y de esta manera obtener una conexión. ¿Son estas realmente lo mismo? ¿Una es mejor que otra?
La realidad es que ambas son completamente diferentes, y con respecto a cuál de ellas es la más rentable, dependerá siempre de cada usuario, sus características, necesidades, y por supuesto situación y gustos personales. Sin embargo, es importante distinguir las diferencias básicas entre ellos para tomar la decisión adecuada.
El ADSL es lo que se denomina la conexión a Internet de siempre, o por lo menos desde la creación del propio Internet. Está compuesto por unos cables de cobre que pasan por la red telefónica y que ayudan a los usuarios a poder navegar por la red dentro de cualquier tipo de espacio. Una de las ventajas de esto, es que no requiere de instalación, por lo que supone un ahorro tanto de tiempo y energía como de dinero, además de que logran llegar a todas partes. No obstante, al estar fabricados de cobre, cualquier cambio de distancia o temperatura puede causarles daños y hacer que la velocidad no sea tan alta como debiera. Además, por desgracia es bastante habitual que no alcancen su calidad máxima, con la que se supone que vienen incluida a la hora de contratarla.
Por otro lado, la fibra óptica es el avance tecnológico por excelencia en este sentido, ya que ofrece conexión Internet a través de unos hilos de plástico que garantizarán unas velocidades bastante altas en cualquier dispositivo, superando con creces a las del ADSL. Sin embargo, tampoco se puede olvidar que, como todo, también tiene aspectos negativos, como la necesidad de instalación.
Esto no debería suponer un problema, pero es cierto que supone un gasto más de dinero al tener que contratar a un técnico que se encargue del proceso. Además, es conveniente saber que en determinadas zonas rurales, la fibra no llega, por lo que sería inútil su contratación en este caso.
Si se tienen en cuenta todos estos aspectos, la conclusión a la que se llega es la misma que la que se mencionaba anteriormente. A pesar de que la fibra actualmente ofrece muchas más ventajas que el ADSL al ser un tipo de tecnología más avanzada y moderna, lo cierto es que todo dependerá de las circunstancias personales de cada usuario, y de qué le compense más contratar. No obstante, será recomendable informarse adecuadamente de los servicios que proporcionan todas las compañías para asegurarse de que la decisión que tomen terminará siendo la correcta.